Síntomas de la ludopatía

Al principio, puedes sentir que juegas más de lo debido, un sentimiento que se acompaña posteriormente de una sensación de culpa. Pero para un ludópata el juego es una necesidad como cualquier otra, siente que le ayuda a dejar atrás un estado de infelicidad o amargura, aunque sea por unos instantes. 

El juego es como una espiral. Lo que al principio son pequeños cambios de conducta o de hábitos pueden acabar provocando trastornos de ansiedad o depresión, sobre todo a raíz de las mentiras o los problemas económicos.

Los síntomas de la ludopatía se hacen visibles a través de los cambios en los hábitos o conductas del adicto. Algunos de estos signos que pueden indicar un caso de ludopatía son:

• Abandono o dejación de ciertas responsabilidades. Un ludópata ve en el juego una primera necesidad, sin importar las consecuencias que tenga, por lo que todo lo demás pasa a tener un lugar secundario. Empezará a despreocuparse de su vida laboral, social y familiar, incluso de sus propias necesidades. La alimentación o el cuidado personal pueden pasar a un segundo plano, por detrás del juego. Además, los problemas económicos también pueden contribuir a ello.
  
  
• Pasividad y conducta reservada. Para ocultar su adicción, un ludópata no dudará en mentir incluso a las personas que más quiere. Su entorno personal y familiar es menor importante que el juego y del placer que obtiene con él.  Las visitas constantes a casinos o el juego online continuo y la necesidad de esconderlo hará que tenga una conducta más reservada.
  
  
• Problemas económicos. Tal vez sea el síntoma de la ludopatía más evidente o el que pueda hacernos abrir los ojos. Gastos imprevistos, préstamos a amigos y entidades, falta de dinero… la ludopatía puede afectar de forma rápida la economía personal y familiar del adicto, creando nuevos conflictos en casa, con los compañeros de trabajo o con los amigos. Por otro lado, la problemática se complica porque el adicto asocia el dinero con la posibilidad de jugar entrando de nuevo en un peligroso bucle.
  
  
• Ansiedad y depresión. La necesidad de seguir apostando para conseguir más dinero, así como la angustia cuando, sea por el motivo que sea, no se puede jugar acaban por provocar trastornos de ansiedad. A esto hay que sumarle, los problemas con la familia, en el trabajo, la falta de dinero o las mentiras que contribuyen a ese estado depresivo. Pero si hablamos de depresión o ansiedad, también debemos mencionar la que sufre su entorno más cercano, al que también afectan las consecuencias de la adicción y que no saben en ocasiones como pueden ayudar al adicto a tomar consciencia de su problema.
  
  
• Cambios en la personalidad. Por todo ello, es habitual que se produzcan cambios en la conducta. Por ejemplo, estar más agresivo, irritable o poco comunicativo. También es habitual la dificultad a la hora de expresarse o para identificar sus sentimientos.

En resumen, un adicto es una persona que sufre, que vive con inseguridad y en un estado de amargura o infelicidad para el que sólo encuentra salida y evasión en el juego. Asume que no tiene recursos para salir de su estado.

Si crees que estás en esta situación o  que alguien de tu entorno está atravesando por esto, contáctanos sin compromiso. En Exii queremos ayudarte y contamos con una metodología propia y tratamientos de alta recuperación para ayudarte a dejar la ludopatía.