Como ya sabrás, el síndrome de abstinencia está relacionado y se produce con el distanciamiento entre el adicto y la sustancia psicoactiva o elemento que genera la adicción.
De este síndrome, derivan toda una serie de síntomas y efectos que esta persona sufre, normalmente, cuando trata de reducir o eliminar su consumo.
Pero, este síndrome va mucho más allá. En este post, abordamos por completo y en profundidad el síndrome de abstinencia y, más concretamente, el síndrome de abstinencia ligado al alcohol.
El síndrome de abstinencia, ¿Qué es? ¿Cómo y cuándo se produce?
El síndrome de abstinencia son todas las alteraciones corporales o de comportamiento que puede sufrir una persona al dejar de tomar una sustancia a la que es adicta.
Habitualmente, este síntoma se relaciona con el alcoholismo y con el consumo de otras drogas. No obstante, no necesariamente aparece ligado a una sustancia, también puede darse en los casos de ludopatía y de dependencia a las nuevas tecnologías, en concreto: al móvil o a las redes sociales.
Pero, ¿por qué se produce el síndrome de abstinencia? Para comprenderlo, debemos entender antes qué produce el consumo en el adicto. Podemos decir que, de alguna forma, el adicto siente placer o alivio con el consumo. Esto hace que se produzcan una serie de cambios y de reacciones en el sistema nervioso cuya intensidad dependerá de la sustancia y también del tiempo que se lleve consumiendo. A medida que pasa el tiempo, se produce también el conocido como síndrome de tolerancia, y es que, el sistema nervioso se «acostumbra» de cierta forma a la sustancia adictiva y cada vez pedirá una mayor cantidad de sustancia para alcanzar la misma sensación de placer o de alivio que alcanzaba tiempo atrás.
Por tanto, el funcionamiento normal del organismo se ve alterado gradualmente por una nueva rutina de consumo. De este modo, cuando la persona que sufre la adicción trata de reducir su consumo, se encuentra con que no puede controlarlo. Su organismo y su cerebro se han acostumbrado a la sustancia hasta el punto que nada parece funcionar sin ella.
Difícil de controlar, el síndrome de abstinencia presenta síntomas como el insomnio, la perdida de apetito, la irritabilidad, la ansiedad, incluso delirios o alucinaciones, aunque los síntomas del síndrome de abstinencia pueden variar con la sustancia y hablaremos de ellos más tarde.
¿Hay varios tipos de síndrome de abstinencia?
Aunque cada persona puede sufrir el síndrome de abstinencia de muchas formas distintas y por ello, lo mejor será la personalización en el tratamiento, si podemos hablar de una clasificación de diferentes tipos de síndromes de abstinencia según el tiempo que el mismo tarda en aparecer y también según las características de la sustancia. Así podemos encontrar:
Según el tiempo que tarda en aparecer:
- Síndrome de abstinencia tardía. Se da cuando las secuelas psicológicas y físicas se mantienen a pesar del tiempo. Puede darse incluso cuando la persona ya ha pasado por el punto más alto del síndrome.
- Síndrome de abstinencia aguda. Es el tipo de abstinencia que se da justo cuando se para el consumo.
- Síndrome de abstinencia condicionada. Se produce tras la exposición de la persona a situaciones, estímulos y circunstancias comparables con las vividas por el adicto durante el consumo habitual de la sustancia. Se conecta con un “recuerdo” de experiencias pasadas. Tras esto, la respuesta es similar a la de la abstinencia tardía.
Según la sustancia que lo causa
Cada sustancia de origen químico tiene una forma propia y única de actuar en el sistema nervioso y, en general, en el organismo. En este sentido, existen tres grandes grupos de sustancias adictivas según los efectos directos que causa en el organismo:
- Sustancias estimulantes. Actúan y afectan directamente al sistema nervioso central. Pueden crear en el adicto una sensación de felicidad a través de una fingida mejora de las capacidades mentales y físicas. Además, van acompañadas de falta de apetito y alteraciones en el descanso y el sueño habitual. Drogas como las anfetaminas, la cocaína, la nicotina, e incluso la cafeína, se encuentran en este grupo.
- Sustancias depresoras. En este grupo se puede incluir el alcohol, del que hablaremos más adelante en profundidad, y ciertos fármacos. En un consumo casual y en pequeñas cantidades pueden producir sensación de euforia y satisfacción. Pero, tras una exposición larga y habitual llega a generar desconexión, aturdimiento y parálisis parciales de los sistemas nerviosos y respiratorios.
- Sustancias alucinógenas. Las más comunes son la ketamina y sustancias psicodélicas capaces de distorsionar la realidad percibida por la persona. Principalmente, actúan sobre la actividad cerebral hasta alcanzar la experiencia placentera buscada, aunque los efectos son muy aleatorios e impredecibles según cada persona.
Síndrome de abstinencia alcohólica
De todos los síndromes de abstinencia, uno de los más característicos y habituales es el síndrome de abstinencia alcohólica.
En el alcoholismo el síndrome se desarrolla de forma similar al del resto de sustancias: una primera fase se identifica con la tolerancia. La aceptación del organismo a la sustancia cada vez es mayor y los niveles de consumo deben ser mayores para alcanzar la satisfacción buscada. En segundo lugar, comienza la dependencia física: diferentes factores físicos y psicológicos van desarrollándose poco a poco hasta crear el síndrome de abstinencia alcohólica.
La fuerza del impacto de este síndrome depende de distintos factores. El más importante es, sin duda, el nivel de alcoholismo alcanzado por la persona, aunque también hay que considerar el tiempo y las cantidades de consumo.
Teniendo en cuenta estos factores y la singularidad de cada persona, existe un cuadro clínico característico con síntomas propios del síndrome de abstinencia alcohólica, más allá de los síntomas del alcoholismo. Este cuadro clínico puede incluir síntomas como: el aumento de la frecuencia cardiaca, la ansiedad, el insomnio, temblores, convulsiones y también alucinaciones.
El Método EXII, Juntos vamos a conseguirlo
No tienes porqué enfrentarte al síndrome de abstinencia en solitario, es más, en algunos casos el seguimiento y el tratamiento profesional es indispensable, sobre todo, cuanto más graves sean los síntomas que, en algunos casos, pueden requerir de medicación y seguimiento médico.
En el centro de adicciones en Alicante EXII, consideramos que toda adicción viene generada por un malestar anterior que la provoca. Por eso, nuestro método se enfoca en resolver el problema original que la originó. Ayudamos a que el paciente se conozca a sí mismo para resolver la situación que le ha llevado a la conducta adictiva, ayudamos a que descubra la función de esa adicción y la carencia que suple. De este modo, no paliamos el problema, buscamos su abandono definitivo.
Si crees que necesitas ayuda o la buscas para una persona cercana, puedes contactarnos sin compromiso para hablar directamente con un terapeuta de la clínica.