Cuando hablamos de las causas de la adicción al sexo, encontramos características similares a otras adicciones más comunes. Como puede ser el alcoholismo o la dependencia a la cocaína. Por ejemplo, la conducta compulsiva de querer hacerlo una y otra vez, la sensación de pérdida de control o sentimientos de culpa y/o vergüenza. Y, de hecho, es una adicción que puede aparecer aislada, pero es frecuente encontrarla asociada al consumo de otras sustancias. Como la cocaína.
Esta adicción puede manifestarse de diferentes formas. No únicamente reclamando altas dosis de actividad sexual en pareja como podría imaginarse, sino también con masturbación compulsiva o búsqueda constante de pornografía. Es más, incluso el propio consumo de prostitución durante varias horas. A veces la presencia de alcohol y cocaína pueden actuar como facilitadores. También aparece un consumo de sustancias después de haber iniciado ese ritual sexual, ya que la persona en realidad está utilizando este tipo de conductas para desconectar, por lo que busca diferentes maneras de lograrlo. Aunque el sexo no es en sí mismo una sustancia, tiene un poder reforzante tan potente como otras sustancias, del mismo modo que ocurre con la adicción a los videojuegos, tecnologías o juegos de azar y apuestas.
¿Cómo es la realidad de esta adicción?
La realidad es que cuando la persona se encuentra en ese momento sexual, siente un vacío o liberación emocional que no encuentra de otra forma. Es decir, consigue eliminar toda la carga, el estrés, angustia así como cualquier pensamiento relacionado con lo que le está produciendo esas sensaciones (que en cada persona serán muy distintas). Ese vacío le resulta muy placentero ya que ahí no hay sufrimiento y es lo que termina derivando en la adicción al sexo. Es difícil entender estas palabras para una persona ajena a esta conducta adictiva pero es el escenario donde se mueve una persona con adicción al sexo.
Es importante destacar que el sexo en sí mismo es un acto natural y sano. Pero en ocasiones, si la persona está enfrentando momentos difíciles en el día a día y viviendo una realidad angustiosa, encuentra esa liberación. Así, se crea una asociación muy fuerte. Si la persona no es capaz de realizar una buena gestión emocional de lo que puede estar viviendo en ese momento, le lleva a repetir esta conducta sexualizada en el tiempo. Cada vez con más frecuencia, intensidad, y duración. Finalmente, llegará a producir sensaciones de culpa y descontrol. Las cuales acaban afectando a otras áreas importantes de su vida. Es entonces cuando nos encontraríamos ante un verdadero problema.
¿Cómo afrontarla?
Por ello, es importante abordar el problema cuanto antes. Entender qué es lo que está ocurriendo. Nos centramos en cuáles son las causas de esa adicción al sexo. Es necesario valorar con exactitud qué aspectos de la vida de la persona le están desestabilizando y produciendo el malestar, y con ello realizar un trabajo emociona. Del mismo modo que se realiza con otras adicciones. En Exii conocemos la manera de hacerlo mediante tratamiento, y queremos que durante este proceso la persona logre la autonomía y felicidad que lleva esperando tener desde hace mucho tiempo.
