¿Cuántas veces hemos escuchado o dicho la expresión “Estoy deprimido/a…”? ¿Somos conscientes de lo que implica realmente decir esa afirmación? ¿Es posible que quisiéramos decir “Siento tristeza…”? ¿Qué diferencias existen entonces entre la depresión y la tristeza?
Abordo estas cuestiones con especial deseo de aportar mi grano de arena a la hora de ayudar a diferenciar estos dos conceptos. No con la intención de ser tiquismiquis, ni mucho menos, ya que soy el primero que ha utilizado “depresión” y “tristeza” indistintamente; si no con el objetivo de conocer sus diferencias y tomar conciencia de a qué nos referimos cuando utilizamos cada termino.
Depresión y tristeza
Muchas personas hemos visualizado la famosa película de animación Inside Out (“Del revés”, en castellano) donde se representan 5 emociones en forma de personajes que viven dentro de la protagonista. Una de esas cinco es Tristeza, representada en como una chica de color azul con gesto cabizbajo. He ahí la primera clave del asunto: la tristeza es una emoción. Sin más. ¿Por qué sin más? Porque a veces es tentador añadir que se trata de una emoción negativa. Y no es un acierto añadirle esa connotación ya que todas las emociones son necesarias y válidas en según que situaciones vitales (moraleja con la que concluye la película, por cierto). Podríamos decir que no es una emoción agradable, pero nunca negativa, ya que muchas veces aparece para ayudarnos a atravesar mejor aquello que ha ocurrido. Por ejemplo, si una persona muy cercana va a estar un tiempo fuera de nuestra ciudad, es normal sentir tristeza, ya que esa persona es importante para nosotros. Lo negativo sería que no apareciera esta emoción o la tapásemos con continuas actividades.
Pero claro, sentir tristeza no significa que “estemos deprimidos/as”. Cuando hablamos de depresión nos referimos a un conjunto de comportamientos (o síntomas, en un modelo más médico) que interfieren, durante un periodo de tiempo, con nuestro bienestar vital. La tristeza es una emoción que suele predominar en ese estado, pero no explica todo el concepto “depresión”. Entre ese conjunto de comportamientos encontramos: afectación en el grado de actividad diaria, disfrutar menos de aspectos que antes sí lo hacían, problemas de sueño, pensamientos de inutilidad o culpa, alteración de la alimentación, desgana, apatía…
En resumen, con tristeza nos referimos a una emoción válida y que nos ayuda a adaptarnos a diversas situaciones. A su vez, con depresión nos referimos a un conjunto de conductas que nos afectan en el día a día y generan malestar. La primera es pasajera y no afecta a la sensación de bienestar vital, la segunda sí. Por ello, la utilización de la palabra depresión debe hacerse con cuidado y no caer en la trampa de la etiqueta.
Exii y la depresión
En cualquier caso, si te has sentido identificado/a con alguno de los comportamientos mencionados o sientes que esto te está provocando un malestar que te impide avanzar con normalidad en tu día a día y crees que se identifica con una adicción, desde Método Exii podemos ayudarte. Te acompañamos para que aprendas estrategias y modifiques aquello que te está impidiendo disfrutar de tu vida.
