Dependencia emocional es un concepto relacionado con un patrón constante de búsqueda de afecto por parte de una persona, a consecuencia de unas carencias emocionales que paradójicamente nunca consigue cubrir. Normalmente, la persona busca cubrir sus necesidades afectivas en su entorno en general, aunque esto se produce principalmente en la relación de pareja. A la que acaban considerando como elemento imprescindible para sentirse feliz.
El amor debe ser algo que se construye teniendo en cuenta tus necesidades, tus prioridades, tus valores y tus creencias. Por ello, cuando esto no se cumple… amor también es saber decir adiós, incluso cuando la emoción te dice que no lo hagas. Y si sientes que alguien no es para ti, no permitas que llegue a hacerte daño para darte cuenta de que no era para ti.
¿Cómo saber si tienes dependencia emocional?
Sin embargo, lejos de sentir felicidad en la relación, lo que se encuentra realmente es un malestar general. Manifestándose a través del miedo ante la separación y a quedarse solo, idealización de la persona, obsesiones, posesividad, e incluso complacencia, ya que la persona busca mantener la unión de la pareja a toda costa.
De hecho, se manifiesta de una manera muy similar a una adicción. Es algo que ha de trabajarse de la mano de un profesional que sea capaz de ayudar a identificar por qué está ocurriendo y qué cosas hay que trabajar para evitar que esa dependencia se adueñe de la vida de uno. Porque al final, cuando vives con dependencia emocional, aprendes a ser querido por lo que das (creyendo erróneamente que todo eso son gestos de amor) y es hora de que te quieran por lo que eres. Sin miedos.
Este es un tema que cuesta mucho comprender. El amor no es solo emoción, también tiene su parte racional que hay que trabajar. Nace de la elección, no todo es necesidad emocional. Sí que es normal que al principio las relaciones se vivan con mucha intensidad, como una montaña rusa emocional, todo se siente como una vorágine emocional de enamoramiento. Sin embargo, esta intensidad acaba disminuyendo paulatinamente para dar paso a lo que verdaderamente es el amor. Algo que se va construyendo, de manera progresiva.
El gran problema viene cuando la persona ha desarrollado durante su vida un apego inseguro y presenta problemas a nivel de autoconcepto y autoestima. En la construcción de ese amor no es capaz de identificar sus dificultades y gestionarlas. Esto tiene como consecuencia que la persona acabe sufriendo una desigualdad en los roles de la pareja, llevando a realizar conductas totalmente inapropiadas y desproporcionadas para satisfacer ese vacío emocional.
Claves para superar la dependencia emocional
Es cierto que a veces puede ser difícil identificarlo porque la persona cree que estar enamorada. En realidad tiene pensamientos del tipo, yo le quiero, porque me río, deseo pasar tiempo con él/ella, hay proyectos de futuro juntos, le echo de menos, hay muestras de amor, etc. pero también hay que tener en cuenta que todos los mitos en torno al amor romántico nos han jugado una mala pasada. Han normalizado ciertas creencias que perpetúan el patrón de dependencia emocional en las relaciones de pareja, llevando a relaciones totalmente insanas.
Ni el amor todo lo puede, ni los celos son sinónimo de amor, ni tu pareja debe completarte, ni defenderte, ante todo, ni hay una persona ideal para ti, ni debe hacerte feliz. Y esto es lo primero que hay que tener en cuenta.
También se debería poder tardar en contestar un mensaje, sin estresarse. Salir con amistades sin escenas de celos ni desconfianza, poder estar en silencio sin que sea incómodo, poder expresarse con honestidad sin que se juzgue ese pensamiento… A veces por miedo a las consecuencias la persona puede ser incapaz de posicionarse, y decir que sí a todo te puede estar costando tu bienestar.
Es importante decir las cosas que no nos gustan con cariño, eso ayuda a que la otra persona no se intente defender, y por tanto no tengamos tanto miedo al rechazo. De hecho, una relación sana no es sana porque no se den conflictos, lo es porque los conflictos ocurren y se convierten en una oportunidad para solucionar problemas y progresar en la relación.
Relaciones sanas
Se debería poder expresar lo que a uno le incomoda o no le gusta, porque no, no es tóxico decir lo que nos molesta de una persona. Lo tóxico es aguantar actitudes que nos hacen daño con tal de no perder a esa persona. Sencillamente y como fórmula general para la vida: para tener relaciones sanas hay que tener conversaciones incómodas.
Todas estas conductas desproporcionadas nacen del miedo, la incertidumbre de no saber si tu pareja estará contigo lo toda la vida. Pero, y ¿quién puede saber eso? ¿Quién no tiene miedo a perder cosas? El miedo forma parte de la vida. Que levante la mano quien no haya sentido miedo.
Las historias que prometen amor para siempre son un escenario idílico de película de Disney, pero la realidad es otra cosa. Y no se trata de atacar a la idea del amor, se trata de disfrutar como si fuera a serlo para toda la vida, pero sin aferrarse al “debemos” estar juntos para siempre.
A todos nos gustan las historias bonitas. Pero si quieres una historia bonita, quiere, hasta su final, sea cuando sea.
Y como decía Gabriel García Márquez: Ni el amor es una jaula, ni la libertad es estar solo. El amor es la libertad de volar acompañado. Es dejar ser sin poseer.