En lo que a adicciones se refiere, el verano es una de las épocas más peligrosas. Es una época de mayor actividad social, de buen tiempo, de menos rutinas y obligaciones… Causas y situaciones que provocan que el verano sea un período del año en el cual el consumo de sustancias adictivas aumenta. El buen tiempo hace que la gente salga más y hasta más tarde, que consuma más alcohol en las terrazas en un ambiente más festivo… Todos estos factores son estímulos que hacen que a la persona afectada por una adicción le sea más difícil mantener la abstinencia.
El consumo del alcohol, y de otras drogas, afecta sobre todo a los jóvenes en verano, los cuales son los más sensibles y que más se identifican con todos los factores anteriores. En ellos, el consumo de drogas en ciertos entornos y contextos sociales, puede derivar en situaciones que no solo afectan a su propia salud. Estas situaciones son conflictivas y ponen en riesgo la seguridad de los jóvenes.
Cuando una persona está pasando por una adicción es porque hace mucho tiempo que el consumo dejó de ser una elección, pasando a ser una necesidad imperiosa, por tanto, hay que evitar aquellas situaciones que añadan aún más riesgo al problema.
El verano está lleno de riesgos a lo que conductas adictivas se refiere, y más aún si tenemos en cuenta que venimos de una temporada de confinamiento y restricciones a raíz del COVID. Tras el 2020, el número de personas con adicciones aumentó. Sin duda, este verano son unas fechas muy sensibles en este aspecto. Pueden suponer un punto de inflexión para muchas personas.
En esta época, se establece más que nunca el concepto policonsumo. El policonsumo es el consumo de varias sustancias adictivas en un período de tiempo concreto y, generalmente, muy corto. Detrás de este concepto, las sustancias más habituales son el alcohol y el cannabis. En el caso del alcohol, las situaciones más frecuentes son en las que no se puede dejar de beber alcohol cuando se intenta. La persona con adicción al alcohol muestra síntomas de abstinencia al intentar alejarse del alcohol, lo que le conduce a una mayor necesidad de consumir bebidas alcohólicas. En este punto, se pierde el control tras volver al consumo continuado.
En este momento, la persona adicta al consumo de alcohol pasa la mayor parte de su tiempo consumiendo. El tiempo que no consume, está recuperándose de los efectos que el consumo ha provocado en su cuerpo. Estas situaciones caen en un bucle que comienza a afectar a las situaciones diarias de la persona, como pueden ser sus tareas o sus hábitos.
Las relaciones personales con el entorno más cercano también se pueden ver afectadas en gran medida. De hecho, el entorno cercano tiene mucho que aportar en la ayuda a la persona con la adicción. El apoyo de los familiares o de la pareja es diferenciador en el proceso terapéutico, ya no solo para el tratamiento enfocado en el consumo del alcohol.
Adicciones en verano, nuestras recomendaciones
Es muy importante generar alternativas al ocio estival más convencional, como pueden ser los chiringuitos, las fiestas con alcohol, el ocio nocturno… Con el fin de no tener esa sensación de «estar perdiendo la libertad y la diversión». Esta sensación acaba con el ánimo de la persona, lo que conduce de nuevo al consumo. Desde luego que, en ese momento, se deben evitar las situaciones de mayor riesgo, como pueden ser los días festivos, las celebraciones y las noches.
Teniendo esto en cuenta, la persona desarrollará mayor compromiso consigo mismo y mayor capacidad para generar un entorno adecuado que le satisfaga a la par que le proteja.
A su vez, el verano también supone un buen momento para iniciar el tratamiento terapéutico, ya que es un período de vacaciones en el cual la persona pone en pausa sus obligaciones personales y laborales. Se puede dedicar más tiempo y focalizar todos los esfuerzos en la terapia durante esas fechas.
Enfocar el tiempo personal en actividades productivas y provechosas puede ser un punto de partida para evitar situaciones propensas al consumo. Concentrarse en actividades deportivas o en actividades de desarrollo personal reducen considerablemente las probabilidades de consumir sustancias adictivas. Promover hábitos saludables, tanto en conducta como en salud, puede marcar la diferencia. Son tan importantes promover valores como el respeto y la responsabilidad como incentivar el deporte, la alimentación saludable y la comunicación.
En EXII, ayudamos a que la persona se conozca a sí misma para llegar a resolver la situación que le ha conducido al consumo adictivo. Ayudamos a que la persona comprenda y descubra la función de esa adicción y que carencias pretende suplir. Así, no colocamos parches sobre el problema, sino que buscamos el abandono del consumo definitivo.
No dudes en contactar con nosotros si te identificas con las palabras de este post o si conoces a alguien que está pasando por una situación similar. Juntos podemos conseguirlo.