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Esfuerzo y constancia

Con la mirada puesta en el 2022, es común que se comience el año con ilusiones, nuevos propósitos y metas que, con una alta probabilidad, se desvanecen en el tiempo y no llegan a cumplirse. Porque… ¿Cuántas veces te has propuesto algo que has acabado abandonando? ¿Cuántas veces has acabado pensando que no tienes fuerza de voluntad o no eres disciplinado? En las siguientes líneas encontrarás las respuestas que buscas sobre esfuerzo y constancia.

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Pues bien, tenemos una buena y una mala noticia. La mala es que sí, probablemente no seas disciplinado ni seas constante. La buena es que con constancia no se nace, se trabaja.

El esfuerzo y la constancia son conceptos que hay que entrenar. Sin embargo, la principal limitación es que cuando la persona no se ve capaz de conseguir lo que se propuso, se manda mensajes del tipo: “Esto no es para mí”, “Yo no soy disciplinado” o “No tengo fuerza de voluntad”. Con una alta probabilidad la persona lo acaba creyendo, se verá incapaz de mantenerlo y conseguir resultados. Y… ¿por qué no soy capaz de conseguir lo que me propongo?

Lo más importante es enfrentarse a una buena dosis de realidad. Esto significa entender, en primer lugar, que las historias de éxito espontáneas no existen. Cuando vemos que los demás están alcanzando metas, no estamos viendo todo el sacrificio y esfuerzo que hay detrás. Solo vemos una parte de la realidad, y por tanto, cuando intentamos alcanzar nuestras propias metas y no vemos resultados inmediatos, nos frustramos. En este punto, aparece la desmotivación. Y con ella, el abandono del plan.

¿Cómo tener disciplina?

Es necesario entender que no se trata de conseguir resultados de manera rápida, porque ello hace que olvidemos el verdadero propósito. El cual es ser constantes e ir consiguiendo una mejor versión de nosotros mismos.

Los hábitos para conseguir las metas tienen más valor que las metas en sí mismas. Una meta es un objetivo específico, pero los hábitos definidos por esfuerzo y constancia nos permiten alcanzar todas las demás metas que nos propongamos en la vida. Por tanto. el proceso de adquirir disciplina nos va a permitir verdaderamente alcanzar todo lo que nos propongamos. Por encima de cualquier otra cosa.

Es importante no tener esa mentalidad de “todo o nada” y ser conscientes de que si en unas semanas o meses no he conseguido lo que quería, no significa que no esté consiguiendo resultados. Aunque no sean los esperados. Tal vez no me planteé en su momento unos objetivos asequibles, realistas, y tal vez deba reajustar mis objetivos simplemente. Sin una fecha límite, la cual suele ser otro de los factores que hace que llegado el momento y ver que no se han logrado los resultados esperados, se abandone por completo el plan. Incluso aunque se estén haciendo las cosas mucho mejor que antes. 

Las personas son el producto de lo que hacen repetidamente. No es una acción aislada lo que hace la excelencia, sino el hábito.

Y, en segundo lugar, es necesario cuestionar una frase que se suele escuchar con bastante frecuencia: “Hace falta motivación para conseguir lo que nos propongamos” ¿Por qué? Porque la motivación no lo es todo, y si creo que para conseguir algo necesito estar motivado, jamás lograré lo que me proponga. Es más, si con el primer punto no hemos sido realistas y no hemos conseguido los objetivos que nos planteamos, sentimos que hemos fracasado. Eso afecta a nuestro estado de ánimo y, por tanto, abandonamos el plan, en vez de plantear reajustarlo y hacerlo más sostenible en el tiempo.

Constancia y esfuerzo.

Esfuerzo, constancia y dedicación

De manera general, la gente cree que para hacer cosas hay que tener motivación. La realidad es que la motivación es algo que fluctúa con mucha facilidad, que depende de muchas variables y, que por regla general, aparece después de haber comenzado. Cuando empiezo esa nueva actividad descubro nuevas experiencias y nuevas sensaciones. Veo que estoy consiguiendo pequeños cambios en mi vida, veo que soy más capaz de hacerlo de lo que yo me creía, etc.

Gracias a esfuerzo y constancia se produce sensación de bienestar que hace que sienta que estoy siendo disciplinado. Esto mejora el concepto que tengo de mí mismo. Esto es lo que alimenta la motivación y, por tanto, las ganas de continuar realizándose. 

Y aun así es importante entender que no siempre la motivación estará de mi parte. Porque todo lo que supone un esfuerzo genera más pereza que lo que no cuesta trabajo. Obviamente siempre va a apetecer más ver una peli acompañado de palomitas y una manta que salir a correr, o echarse una siesta en vez de salir a caminar o leer un libro, ya son actividades que requieren menos esfuerzo. En eso el cerebro es insistente y va querer tomar la decisión que menos esfuerzo le suponga. Con ello aparece la temida pereza, que suele ser bastante convincente con mensajes del tipo: “Mañana lo hago”, “En realidad ahora prefiero esto porque es el último capítulo y así ya termino la serie”, “En realidad necesitaba descansar”, “El lunes empiezo” y obviamente, muy motivadoras no son.

Disciplina positiva

La motivación es una gran aliada, ya que nos empuja a querer empezar algo, pero es la disciplina la que va a mantenerlo en el tiempo, no la motivación. Al final, ésta es la que te va a llevar a todos los sitios donde no puede llevarte la motivación porque es imposible obtener resultados si sólo trabajas los días que te sientes motivado.

Por tanto, la primera regla es: Empieza haciendo algo fácil e incrementa poco a poco, ya que esto hace que sea más probable generar un hábito. No enfoques los cambios de 0 a 100. Enfócate en ir de 0 a 10, de 10 a 20, luego de 20 a 30 y así hasta llegar al 100. Los hábitos se hacen sostenibles mediante una progresión gradual.

Recuerda que es importante plantearse objetivos realistas, asequibles, y que sean sostenibles en el tiempo. A veces puede ser de gran ayuda anclarlo a otras cosas que ya tenga interiorizadas. Por ejemplo, si quiero empezar a leer, comenzar con 15 minutos en el momento del café que siempre tomo después de comer… Otra opción que ayuda a mucha gente es planificar un calendario y hacer uso de las alarmas del móvil.

Si en algún momento lo he dejado de lado es importante no tirar todo por la borda ni hacer compensaciones. No se trata de castigarte, se trata de retomarlo con normalidad y disfrutar del proceso. El esfuerzo y la constancia son valores en los que creemos e incorporamos en nuestra filosofía del día a día.

Recuerda que cuando te propusiste un objetivo, lo hiciste con cariño porque sabías que era algo que te vendría bien. Estabas buscando la manera de cuidarte y quererte, así que no pierdas ese foco y retómalo con cariño, sin castigo.  

Y sobre todo, no olvides que no existe un momento perfecto para hacer las cosas que no te apetece hacer, el momento perfecto siempre es ahora.

En el centro de adicciones Alicante Exii, trabajamos de forma ambulatoria para que las personas que atraviesan una adicción alcancen su mejor versión como personas sanas, libres y felices.

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